El día que Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo lo ungió. Inmediatamente después de esto, el Espíritu Santo lo condujo al desierto. El desierto era un lugar de aislamiento, muerte y derrota; pero Jesús fue llevado al desierto para cambiarlo por siempre. Para que fuera un lugar de gracia. El Espíritu llevó a Jesús al desierto y también lo protegió y lo cuidó mientras estuvo allí. El desierto es parte de la vida de todo cristiano, pero no tiene que ser un lugar de desesperación y aislamiento. El Espíritu Santo está presente en el desierto de la vida y cuando experimentamos su presencia, nuestra vida espiritual cambia. El desierto no es más un lugar al que temer, sino que puede ser un encuentro profundo con Jesús.
Up Next in Most Popular
-
Chapter 16: Pre-Evangelization (Win P...
You must till the soil before you plant the seed. And how is this done? Tim says that pre-evangelization is entirely relational. We cannot evangelize without relationship formation taking place in our ministries and in our parish. Tim also gives the “Four A’s” which provide a framework for this p...
-
An Act of Faith
Sing and pray with me and learn the traditional prayer!
-
Virgin of the Immaculate Conception |...
Comments are disabled for kids content. If you have any questions/comments/concerns about this content, please email [email protected]
5 Comments