Esta reciente película nos cuenta la historia inspiradora de los comienzos de las Hermanas Siervas de María, una orden religiosa fundada en 1851 por el P. Miguel Martínez y la Hermana María Soledad, quien la guio desde sus inicios, a través de su desarrollo y expansión y hasta su muerte de 1887.

La orden se dedicó a cuidar a los enfermos, especialmente en sus propias casas. Su fundación fue providencial, dado que sucedió en tiempos en que España estaba devastada por epidemias, revoluciones, masacres de religiosos y por una clase política constantemente opuesta a las doctrinas de Cristo y su Iglesia. Por lo tanto, el cuidado de los enfermos en sus casas, era más necesario que nunca.

La Madre Soledad era como un piloto experimentado, capaz de guiar la nave de la nueva congregación con calma y eficiencia, aun en medio de tormentas severas. Durante este tiempo, dio prueba de su exquisito tacto, su inmensa valentía y su incansable caridad, así como también su humildad y mansedumbre, con las cuales se ganó el profundo amor de sus hijas. Dios bendijo a la nueva orden con abundantes vocaciones y Santa María Soledad se dedicó a la formación espiritual de las hermanas, inspirándolas a tener un amor incesante hacia Dios y los enfermos.

Siempre unida a Dios, la Madre Soledad confió en su Divina Providencia para la protección y crecimiento de su nueva orden. Sufrió muchos malentendidos y persecución, tanto en la sociedad como aun dentro de su misma orden, pero ella seguía ofreciendo su corazón por completo al servicio de los enfermos. Murió el 11 de octubre de 1970. Al día hoy hay 1,500 hermanas en su orden, repartidas en 110 conventos alrededor del mundo, incluyendo los Estados Unidos.