Dice el dicho que más sabe el Diablo por viejo que por diablo, lo cual quiere decir que tiene un conocimiento profundo de los atractivos humanos, de nuestras debilidades, de lo que más deseamos y es en esta área donde nos puede derrotar y alejar del Señor.
El ayuno, la penitencia, la oración, la lectura de la Palabra de Dios y la frecuencia de los sacramentos son nuestras armas más poderosas para pelear la batalla y, una vez que hemos dado la pelea, salir adelante y hacernos con la victoria.