San Pablo al escribir a los Filipenses les dice que Dios constituyó a Jesús como Señor y que le concedió todo poder en el cielo y en la tierra. Jesús es el Señor del universo y toda criatura le está sometida; Dios le hizo juez de vivos y muertos. El cristiano necesita aceptar a Jesús en su vida de cada día como su Dios y Señor y le ha de entregar todo su ser, acciones, pensamientos, deseos y proyectos. Decirle Señor a Jesús supone hacer lo que él nos pide.
Up Next in Por Pbro. Ernesto María Caro
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El Espíritu Santo
Jesús pide a sus discípulos que no se aparten de Jerusalén para recibir al abogado consolador, la promesa del Padre. Es un compromiso de Dios para con los hombres por medio de Jesús. Sólo el Espíritu Santo logra la renovación interior del hombre, haciéndolo hombre nuevo. El amor, la armonía, la p...
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