Consuelen a Mi Pueblo
El Padre Rubén Francisco Bellante nos ayuda a reflexionar sobre el amor misericordioso de Dios que, como Padre atento, busca siempre a sus hijos y nos consuela.
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Soledad y solitariedad
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la soledad, como un espacio de encuentro personal con Dios.
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Soledad purificadora
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la soledad, como medio de purificar nuestro corazón de los egoismos que nos impiden ver a Dios y a las personas.
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Dios de toda consolación
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre el amor de Dios, fuente de todo consuelo.
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También nosotros podemos consolar
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la manera en que también nosotros podemos ser fuentes de consuelo para quienes nos rodean.
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La cruz de Jesús y las nuestras.
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la cruz de Jesús como camino para asumir nuestra propia cruz.
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Las 12 fuentes de Elím.
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre las fuentes en las que podemos beber de Dios en nuestro peregrinar por esta tierra.
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Volver a la casa del Padre, el banquete.
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre el camino de regreso a la casa del Padre y la celebración que Él tiene dispuesta para nosotros.
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Presencia de Dios. Abandono en su providencia.
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la actitud de abandono ante la certeza de la presencia de Dios en nuestras vidas.
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Pasión de Cristo. Perdón fraterno.
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la Pasión de Cristo, como expresión del perdón fraterno.
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Piedad por los pobres. Pequeñez espiritual
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la virtud de la piedad por los más necesitados.
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Predilección, tú eres el amado.
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre el Amor que Dios nos tiene, expresado en la Amistad.
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El Regreso del Señor (Parusía)
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre las disposiciones que debemos tener para recibir al Señor en su segunda venida: la Parusía.
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María, Madre de la consolación
El P. Bellante nos ofrece una reflexión sobre la presencia de María en nuestras vidas, fuente de todo consuelo.