El Papa Francisco ha expresado que debemos dejar de "fingir ante Dios" en lo que se refiere a nuestro pecado. Debemos tomar seriamente la realidad y la naturaleza del pecado y el impacto que el pecado tiene en nuestras vidas. No es una exageración decir que nuestra actitud hacia el pecado tiene una consecuencia eterna. El pecado hiere y a veces destruye nuestra relación con Cristo. El Espíritu de Dios nos amonesta por nuestro pecado no para condenarnos, sino para convertirnos. En este segmento veremos cómo el Espíritu nos acerca más a Cristo al revelarnos nuestro pecado.
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