Cualquier oruga en su sano juicio quiere eludir sus deberes y pasarse el día haciendo lo que le dé la gana. ¿Seguro? Un día todos los moganeros abandonan sus tareas para dedicarse al rap, saltar a la piola y a las artes marciales. Carlos se las ve solo ante un desastre descomunal.
Mientras sus compañeros de clase inician una campaña de limpieza, Carlos y Antonio se fugan y deciden ir a divertirse a la playa. Mogán vive una experiencia aterradora: objetos gigantescos empiezan a caer en el pueblo desatando el caos. Los moganeros creen que es el fin del mundo.
Carlos encuentra un billete de lotería premiado y cree que ha ganado una fortuna. De pronto Babo se hace amigo suyo y empieza a enseñarle a comportarse en la alta sociedad. Todo va bien hasta que Carlos y sus amigos se dan cuenta de que no había ganado tanto como pensaba.
El pueblo de Mogán se encuentra en un alboroto con la repentina aparición del duo disfrazado de “superheroes”. Sin saberlo estos “héroes” mascarados, sus travesuras bien intencionadas, resultan en una serie de problemas que hace que los habitantes armen una trampa para capturarlos.