La corrección es un instrumento a través del cual manifestamos y vivimos el amor al prójimo. El amor, que todo lo puede, se manifiesta en obras que hacen crecer al ser amado, aunque en el camino existan incomodidades, al final la recompensa es grande.
La libertad que nos propone Dios es la capacidad de tener sin retener. Esa libertad nos habilita para vencer el egoísmo y nos acerca a la caridad. Dios nos libera de la esclavitud para que, siendo libres, seamos siervos obedientes.