La intensidad en el amor que experimentamos está marcada por la relación que tenemos con Dios. Amar es un proceso que va desde el amor a uno mismo, hasta el amor al modo que Dios se ama a sí mismo. El amor es dar la vida y dar vida a los demás. Aprendamos a relacionarnos en el amor como Dios quiere.
La vida se acaba, pero no nuestra esperanza de una vida que esté más allá de lo que vemos y vivimos en este mundo. Jesús colma las aspiraciones humanas de una vida plena, perfecta y sin fin: a eso le llamamos paraíso y es nuestro destino definitivo.
Dios nos ha llamado a vivir una vida en abundancia, eso lo hemos escuchado muchas veces y es momento de que entendamos cómo es que Jesús nos gana esa vida y así, ese plan perfecto de Dios, se realiza. ¿Quién nos enseña a vivir?, ¿Por qué esas enseñanzas son la base del tipo de vida que llevamos? ...
María profetiza que será llamada bienaventurada por las generaciones siguientes, pero este reconocimiento, es porque Dios ha hecho maravillas en ella, pero también por medio de ella, y ella camina en la fe, confiando y esperando en su Dios siempre fiel.